A nivel comunitario, la drogadicción deja de ser un problema individual e incluso familiar, para convertirse en un problema social. Las consecuencias de tener un vecino drogadicto en nuestra comunidad pueden ser nefastas, por ello el problema despierta reacciones muy distintas entre los vecinos.
Conoce cuál es la mejor actitud que deben tomar los vecinos de una comunidad ante un problema de drogadicción dentro de ella.
Generalmente, cuando el problema traspasa las barreras privadas de la residencia familiar, podemos considerar que afecta a toda la comunidad, y que es momento de proceder a hacer algo al respecto.
Las reacciones más comunes por parte de los vecinos son el rechazo, falta de comprensión con el adicto, y la indiferencia. Sin embargo, nuestra actitud como vecinos debe ser distinta, y orientarse a ayudar al adicto a superar su problema.
Hablar con la familia
Lo primero que debes hacer como vecino es hablar con la familia, no para reclamar por algún daño que se haya producido en la comunidad a causa del adicto, sino más bien para indagar qué es lo que está sucediendo, cuál es la situación del adicto, si ha ingresado a algún programa de rehabilitación, cuál es el estado de los familiares ante el problema, etc.
Esto es muy importante, porque en ocasiones, el problema de adicción, no es solo de un miembro de la familia. Estos casos son un poco más graves, y evidentemente demuestran que la familia por sí sola no puede superar el problema, así que su entorno más cercano debe intervenir, y en este caso, le corresponde a la comunidad hacerlo.
Enfrentar al adicto
Una vez que hables con los familiares del adicto y tengas la información sobre el problema, al menos la versión familiar, debes acudir a conversar con el adicto sobre su situación. Muchas veces, una persona con problemas de adicción, se niega a escuchar a su familia, pero presta atención a algún vecino por el que siente afecto o respeto.
Incluso cuando esta se muestre con una actitud negativa, unas palabras adecuadas pueden tener un efecto positivo en el adicto y hacer que se decida por optar por algún programa de rehabilitación.
Por otro lado, esta conversación debe estar destinada a que el afectado sepa que cuenta con el apoyo de la comunidad para superar el problema, mucho más si se trata de una persona que lleva mucho tiempo viviendo en la zona, y a quien se ha visto crecer a nivel personal, profesional, etc.
Ofrece una ayuda comunitaria
De ser posible, en esa conversación, debes ofrecer al adicto una ayuda, en nombre de toda la comunidad. Generalmente, este tipo de ayudas están relacionadas con colaboraciones para un programa o tratamiento para la drogadicción, o la solución inmediata de un problema familiar en casa.
Pero además de ello, la ayuda debe ser psicológica, en cuanto al estímulo para hacer actividades positivas y el apoyo incondicional en lo que necesite.
Educa a la comunidad sobre el tema
Si eres líder comunitario o tienes influencia entre tus vecinos, puedes aprovechar la situación para educar a la comunidad respecto al tema de la adicción, haciendo énfasis en las diferentes situaciones en que puede producirse, cómo puede superarse el problema, cuál es el rol de la familia y de la comunidad en estos casos, etc.
Este tipo de tareas son muy pertinentes, si tu comunidad registra índices de violencia o problemas de adicción en diferentes ámbitos. Además, si existen niños en la comunidad, es muy importante que ellos conozcan desde pequeños las graves consecuencias del consumo de estas sustancias, para que así puedan evitarlas.
Fomenta la comprensión y la tolerancia
En algunos casos, siempre habrá algunos vecinos que desconozcan la situación del adicto y manifiesten una reacción negativa hacia él.
Por ello, procura promover la comprensión y la tolerancia en tu comunidad, a fin de que puedan tener un rol positivo en la superación de la adicción y que no representen un problema que obstaculice el proceso.
Tanto la familia afectada, como la persona que presenta la drogadicción sabrán agradecer la ayuda de la comunidad, y a la vez esta situación servirá para tener una comunidad más unida, con valores de solidaridad y ayuda mutua, que tendrán un efecto positivo para su buen funcionamiento.